lunes, 13 de febrero de 2012

Autobiografía Katerine Sanabria


Llegan las Vacaciones.

Alegría sentía en aquel momento, ¡Comienzan las vacaciones de fin de año!; recuerdo que este fue mi primer espacio para ser lectora a la edad de mis cuatro añitos.
Papá acostumbraba organizar mi viaje de vacaciones a casa de mis abuelos,  en esto gastaba no más de tres días, sentía mucha alegría por que  en esos viajes siempre acostumbre a llevar un regalo nuevo ya que en esas fechas cumplo años,  por motivos de trabajo papá no podía viajar y compensaba el no poderme acompañar con un regalo muy especial. Papá encontró una atracción enriquecedora para todo ese tiempo que tendría libre, entonces no faltaron mis cuentos,  así fue ese encuentro tan grande que tuve de pequeña con los libros álbum que a penas al recibirlos, me encerraba en mi cuarto y empezaba a ojearlos lo más rápido posible quería ya todos conocerlos, pero también rápidamente debía guardarlos en mi maleta porque estos iban a ser mis compañeros de viaje.

Llegada a casa de mis abuelos con mis nuevos compañeros.

Al comenzar mis vacaciones en casa de mis abuelos, también empezaba el recuento por mis libros, los primeros días solita revisaba y trataba de entender las historias pero hacia falta una asistencia, como todavía no sabia leer mi abuelito Carlos me comenzó a ayudar, leímos las historias que traían todas esas imágenes, durante varios años él fue mi compañero en las tardes de lectura.
Esas mañanas hermosas en la finca de mis abuelos, me recordaban las historias que leía, en varias oportunidades buscaba comparar y recrear aquellos libros con las mismas palabras y sentimientos que encontraba en cada cuento, recuerdo que en todas mis vacaciones cargue varios los libros que ya conocía y  podía leer, sus ilustraciones están tan vivas que siento que tan solo con volverlas a ver pueden recorrer mi cabeza y mis sentidos.

Como olvidar mi colección (en este momento desearía poderlas mostrar, pero son libros y cuentos que he dejado en casa de mis abuelos). Hoy recordando los nombres de mis primeros cuentos no puedo dejar de lado a  la princesa triste, la gatita Lulú, Los tres amigos del bosque, Sara la coqueta y los Aristogatos.

Los recuerdos más especiales que he tenido en vida como lectora  se forjaron en mi niñez, esos personajes que  existieron y se configuraron con tanto amor gracias a la ayuda de mi abuelo que hoy no me acompaña en este mundo, pero siempre esta vivo en mi corazón.

Mis primeras cartas.

Recuerdo que el acercamiento como escritora nació gracias a mis libros de vacaciones, después de conocer todas las historias enmarcadas de sueños, amores, amistades, animales, genios y más, comencé a escribirle a papá, le escribía sobre todo lo maravilloso que encontraba en los libros que él me había regalado, al principio recuerdo que lo hacia para no perder detalles y poderle contar muy bien las historias, luego mezclaba mis pequeños resúmenes con la inspiración de ese amor de hija hacia su padre,  en aquel tiempo él era el centro de mis alegrías y  a raíz de ese amor tan grande llegue a escribirle versos, poemas e historias muy parecidas a las que encontraba en mis libros.

Mi profe Manuel Caro 

En Grado Sexto y Séptimo tuve un profesor que me enamoro nuevamente de la lectura y  escritura, el profe Manuel, es para mi la figura de un poeta, en clase solía ponerse de pie, caminar por todo el salón, leernos las historias para él las más increíbles y si lo eran, los viajes de Gulliver, el comienzo de las Mil y Una noche y creo que a su autor preferido Julio Verne, para mi profe Manuel este era el hombre más inteligente del mundo. También teníamos espacios en donde nos sentábamos en el parque y mirábamos hacia al cielo,  él comenzaba a declamar poemas que para nuestra edad eran el suprema composición  de las letras para enamorar; a mi profe Manuel le debo un gran regalo, él me recordó la importancia que tienen las palabras, el juego que existen entre ellas y el soñar a través de un cuento, así como lo hacia yo al lado de mi abuelo.

Escalofríos sentí en sus clases. Durante los dos años que nos estuvo acompañando en el colegio me acerque a la lectura,  descubriendo  uno de los libros mas significativos en mi adolescencia se llama el Violín de Cremona, quizá lo leí con ese gusto que me enseño mi profe Manuel, yo solo lloraba y lloraba, pero eso si no podía parar de leer, fue la primera experiencia mas significativa que tuve como lectora, por que pude apreciar  ese sentimiento que desea transmitir el escritor por  medio de su obra.

Una nueva etapa.

El bachillerato. Los dos últimos dos años fueron los mas dolorosos e inapetentes para el estudio, al principio no podía asimilar todos los cambios por los que pase, un nuevo colegio, una nueva casa, un nuevo hogar y el más duro para mi corazón,  en ese tiempo mi primer amor que sin querer nuevamente me iba a acercar a la lectura y escritura.

Este amor lograría de nuevo recordar mi estilo y escritura de cartas, fue un amor de distancia, las cartas fueron el medio en que nos podíamos comunicar ya que él vivía muy lejos y este era el recurso más viable para los dos. Nuevamente me sentaba ya no a escribir con ese sentimiento de amor de hija hacia su padre sino bajo una nueva sensación de estar enamorada.

Mi inspiración y escritura se incorporaba a mí día a día, compartí con mis nuevas amigas las frases, poemas y delirios infinitos que consignaba en esas cartas que viajaban por días enteros para llegar a su destino y así como escribí por ese amor infinito de adolescente, comencé a escribir por ese desamor ausente; la escritura fue mi gran confidente me ayudo a desahogar y a hundir la pérdida y el logro por poder superar mi primera pena de amor.

Un nuevo lugar. Cambio de escritura y lectura.

Al ingresar a la universidad tuve que cambiar mis afinidades o mejor mis temas de escritura y lectura ahora se consignaban en las entregas y lecturas que el programa de mi carrera señalaba.

Ahora ya cursando último semestre he reconocido diferentes escritores, diferentes estilos  y formas, considero que nunca había leído tanto gracias a todas las clases que he recibido en mi carrera: Narratología, Poética, Literaturas, Simbólica…..tantas,  es más fácil reconocer las asignaturas que escribir todos los escritores por los que he podido apreciar, reconocer  y trabajar;  hoy como maestra me encanta leer con mis alumnos, ahora todos proponemos nuevos escritores.


Mi campo actualmente como lectora es gigante por mi carrera y mi trabajo, de igual forma mis escritos,  ahora  son para ellos,  para estos chicos que me acompañan y me inspiran desde sus problemáticas como jóvenes, por esto hemos creado un espacio nuevo en la escuela es su periódico escolar en donde todos tenemos un nuevo lugar para comunicarnos y expresar lo que sentimos.

1 comentario:

  1. Katerine... es hermoso pensarte como maestra lectora... Un libro que te guste mucho ¿cuál es?

    ResponderEliminar